Juramos no ser poetas, somos sólo Comadrejas robando la poesía que está en todas partes y transformándola en poema.
domingo, 29 de mayo de 2011
"Siento que sólo la sombra me alumbra"
En este día me pregunto el mundo
toda la sangre la carne del miedo,
todo es dolor conmigo bajo el cielo;
el hombre se me rompe de preguntas
y agoniza mi alma sin sosiego
en esta hora me duele el silencio
tanta nocturna nota tan profundo
caer sin fondo el hombre en desconsuelo;
hoy el amor se me quema en las manos
y en mis entrañas crece sólo hielo
en esta noche me pregunto el día
con la mirada transida de espanto
barre mi boca de barro este viento
toda la pena se tumba en mi lecho
y estoy hasta los huesos de quebranto
en este mundo me pregunto un mundo
soy llaga amarga que no cierra el duelo
está tan alto el pan tan agrio el vino
que ardo desnudo en mi pena llorando
todo este día roto que no entiendo
Rubén Vedovaldi
LEVANTAR LA MIRADA
O BAJAR EL UNIVERSO
vértebras de la niebla
sombras profesionales se repliegan
borran huellas
huyen
callan
mascullan
se reacomodan tras porfiar
porfían otra vez
vértebras del ayer
calculan
bajo la piel del día
confabuladas con lo inmóvil
trabajan
contra las manos
los ojos
los pies
contra todos los músculos del alba
traman
tergiversan
trastocan
trai-cio-nan
las vértebras del pasado
los miedos
son el brocal de un pozo
chupándonos la voz el voto el canto
insisto: CUIDADO POESÍA...
C U I D A D O ! ! !
Rubén VEDOVALDI
LOS PÁJAROS MAÑANA
todavía está muy oscuro aquí abajo
hace mucho frío y la soledad es enorme
casi pareciera un sepulcro todo esto
a simple vista no se ve
pero hay un sueño
arde un sueño creciente inarrancable
ojo salvaje sí
neurona libre
a simple vista todo es cada vez peor
o siempreigualdemalynuncacambiará
pero el jaulón es viejo
tiene herrumbre
los pájaros que rompen el cascarón
son cada vez más
cada vez más
cada vez más pese al silencio
casi no tienen cielo los pájaros
no encuentran con qué alimentarse ni donde trinar
pero hará falta un infierno
más grande que el sistema planetario
para tenerlos muertos de miedo ahí
de alas caídas
un nudo en la garganta
pegados a la herida de su sombra
faltará espacio donde tenerlos atrapados
y tiempo para controlar a cada uno
un sueño anónimo crece
irreversible
y faltará cemento
armado
para enterrarlo
Rubén Vedovaldi *
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