La Comadreja

sábado, 10 de noviembre de 2007

MALICIA

Tenías una vida en tu interior

Una manzanita muy eucalipto

Una piña hecha cereza

Tenías una vida en tu interior

Una manzanita muy eucalipto

Una piña hecha cereza

Y una flor convertida en nube.

Todo vuelve a la Pachamama

Y desde ahí volará la estrella

Para comer gratitud con pan.

Para comer gratitud con pan.

Karina Zapata

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Breve Reseña Histórica

Corrió entre los restos de guarida humeante La tarde se avecinaba a solas y el tiempo caía como pedazos de recuerdos que impedían atestiguar el exterminio. Como pude empujé la puerta de salida. Más allá el polvo colgaba multitudinario desde los muros destruídos. El avance se tornó imposible y no hubo más excusas para evitar la memoria. Venías avanzando con la carga de poemas bajo el brazo. Cientos de manos como mariposas apareándose saludaban tu entrada al pueblo. La poesía sepultada bajo toneladas de olvido inclinaba su cabeza al son de los vítores, en actitud solemne. Creímos que era sólo un juego. Que los pájaros con sus cuellos destrozados eran camicaces inauditos, extras de algún cine pasajero, una puesta en escena algo extravagante como suelen fabricarlas los poetas. Cayeron, sin embargo, carentes de toda vida, como hojas pasajeras en plena tarde. Mas yo, La Comadreja, rescataré hasta el último manuscrito y no descansaré hasta reconstruir esta ciudad verso por verso.